La palabra depresión procede del latín, que significa opresión o abatimiento. Existen múltiples clasificaciones sobre la patología afectiva. Se pueden clasificar fundamentalmente de forma orientativa en varios apartados.

1.TRASTORNO DEPRESIVO MAYOR CON EPISODIO ÚNICO.

2. TRASTORNO DEPRESIVO RECURRENTE

3. TRASTORNO DISTÍMICO

4. CUADROS BIPOLARES: I. Y II.

5. TRASTORNO CICLOTÍMICO.

6. TRASTORNO DEPRESIVO INDUCIDO POR PATOLOGÍA FÍSICA O POR CONSUMO DE TÓXICOS. 7. TRASTORNO AFECTIVO ESTACIONAL.

8. TRASTORNOS ADAPTATIVOS CON ESTADO DE ÁNIMO DEPRIMIDO.

Como no podemos hablar de todos ellos, nos vamos a centrar en el trastorno depresivo mayor. En nuestra sociedad la tristeza está catalogada como algo anormal pero es uno de los muchos sentimientos que presenta el ser humano.

El grupo de enfermedades o patologías psiquiátricas del que tratamos implica una alteración del estado de ánimo, bien disminuído o bien aumentado. Se conocen desde la antigüedad, existiendo referencias en el Antiguo Testamento.

La depresión mayor, en cambio, es una patología caracterizada por tristeza vital, anhedonia o incapacidad para disfrutar, abulia, apatía, sentimientos de minusvalía y alteraciones del ritmo vigilia-sueño. Puede existir disminución o bien aumento del apetito, así como disminución del sueño o somnolencia excesiva. En ocasiones, pueden existir ideas de suicidio. En el origen de la depresión mayor confluyen factores genéticos, biológicos y psicosociales.

La psicofarmacología refiere la existencia de una disminución de los neurotransmisores cerebrales en la sinapsis neuronal, serotonina así como también de noradrenalina y dopamina. De hecho, la clasificación de los fármacos antidepresivos se realiza quizás de una forma algo simplista, según el neurotransmisor sobre el cuál actúan. El trastorno depresivo mayor tiene una prevalencia en población general entre el 10 y el 25%. Existen ciertos factores de riesgo:

El sexo femenino es el más afectado. Se calcula que la media de edad del trastorno depresivo mayor está alrededor de los 40 años de edad. Afecta más a personas con relaciones interpersonales alteradas, bien solteros o separados y divorciados. El nivel socioeconómico no parece influir en esta patología aunque sí en otros trastornos afectivos. Existe cierto componente genético, aunque es menor que por ejemplo en el trastorno bipolar I. Algunos estudios refieren ciertos rasgos de personalidad que podrían estar implicados.

Los acontecimientos estresantes pueden ser predisponentes para desencadenar el cuadro depresivo mayor. Se ha comentado que las personas predispuestas a la depresión presentan distorsiones cognitivas importantes, existiendo la teoría de la indefensión aprendida. El trastorno depresivo mayor se diagnostica fundamentalmente a través de la clínica descrita. Existen también teorías de corte psicoanalítico.

El tratamiento está basado en los fármacos antidepresivos cuya eficacia ha sido demostrada, combinado con terapia de tipo cognitivo obteniéndose buenos resultados. Recuerden que hemos hecho referencia a una de las patologías en concreto a la depresión mayor. Los trastornos afectivos o del estado de ánimo son una de las preocupaciones más importantes de la Organización Mundial de la Salud, afectando a todas las culturas y territorios.